Los Putuntunes

Así se denomina a la guardia romana que custodia el Monumento y desfila en las procesiones de Semana Santa. Su nombre procede sin duda por onomatopeya del sonido del tambor, golpe monótono, seco y destemplado, que le da un tono lúgubre y desgarrador, pu-tun-tun.

Los putuntunes surgen en 1643 como un elemento añadido a la Cofradía del Santísimo, siendo su principal misión el velar el Monumento y acompañar al Sepulcro de Jesús en la procesión del Santo Entierro.

Esta singular tropa esta formada por el Centurión, que ciñe espadín y lleva vara de mando, viste sayal azul celeste calzas blancas y sandalias de cuero con brillante casco de acero; el abanderado que porta una enseña roja con el lema S.P.Q.R (senatus populusque romano, el senado y el pueblo romano) y tiene su protagonismo en las ceremonias del relevo de la guardia, y el tambor, que es el que anuncia el paso de la tropa y dirige en la iglesia el movimiento de la formación...

Además están los soldados de dieciséis o más números. Todos visten ropas al estilo de los romanos y portan escudo y lanza o alabarda.

Mención aparte merece la figura de Longinos, que lleva armadura medieval de un peso de 43 kilos y que curiosa y anacrónicamente convive con los putuntunes. Longinos porta coraza completa, tapándole el casco, del que cuelga un vistoso penacho, toda la cabeza.

Esta figura hizo su aparición en 1643 con motivo del obsequio que el rey Felipe lV hizo a Miguel Pellicer, el del Milagro, con ocasión de la visita que hizo al Monarca. Pellicer regaló la armadura a la Cofradía del Santísimo, agregándola al cortejo de los putuntunes.

Longinos que no puede dar la espalda al Sacramento, anda hacia atrás, de ahíque el pueblo lo conozca con el nombre del cangrejo.

La actuación de esta singular tropa termina el Sábado Santo con el simulacro de una pelea a espada que mantienen Longinos y el Centurión, cuando se representa el auto sacramental del sellado del sepulcro.

Desde hace más de treinta años los jóvenes del pueblo que cumplen los dieciocho años son los que encarnan esta guardia, que cuenta con el apoyo y estima de toda la población.

Ser putuntun en Calanda es un honor y los cargos tienen que sortearse todos los años entre la juventud.