Historia de Calanda

Calanda estuvo formada por antiguas culturas. Su nombre se deriva del poblado celtíbero que se asentó en las proximidades de la población actual con el nombre de Kolenda.

Importante huella han dejado los distintos pueblos que habitaron las tierras de Calanda: además de los celtíberos por aquí pasaron romanos, visigodos y árabes. El cerro de Castiel, próximo a la localidad, adquirió gran importancia en la época romana ya que por el citado cabezo transcurría una vía romana que enlazaba Cesaraugusta con Córdoba.

Con la invasión árabe se formó un núcleo de población alrededor del castillo, ampliándose, posteriormente, formando un barrio extramuros, en lo que es actualmente Las Cantarerías, cuyos moradores desarrollaron distintos oficios artesanos entre los que destaco la alfarería.

La reconquista de Calanda tendría lugar en 1119 por Alfonso I El Batallador, pero la reconquista definitiva no se producirá hasta el bienio 1169-1170 bajo el reinado de Alfonso II.

Sin embargo, y pese a sus remotos orígenes, la fundación de la Calanda que llegaría a ser la actual tuvo lugar en 1360 con la concesión a la villa de su Carta de Puebla, quedando bajo el emblema de la Orden de Calatrava. En 1388 logra Calanda el deslinde definitivo de los términos con los de Alcañiz.

Fue difícil la convivencia entre árabes y cristianos debido a la discrepancia religiosa, por lo que en 1.610 los moriscos salen de Calanda. Para fomentar la repoblación, se otorgó en 1628 la segunda Carta Puebla, alcanzando la población una gran prosperidad con la llegada de nuevos pobladores.

El 29 de marzo de 1640 tuvo lugar en Calanda uno de los acontecimientos más singulares en la historia de la villa: el milagro obrado por la Virgen del Pilar, entre las diez y las once de la noche, en la persona de Miguel Pellicer, quien recuperó por intervención de la Virgen la pierna que le había sido amputada dos años y cinco meses antes en el Hospital de Gracia de Zaragoza.

Los siglos XVIII y XIX fueron muy agitados por las continuas luchas en todo el país y que naturalmente hacen mella en Calanda, Guerra de Sucesión, Guerra de la Independencia..., también cabe destacar de este siglo XIX la aparición de la peste que ocasionó un gran número de víctimas, tanto más impresionante si lo consideramos en proporción a lo que era la población de Calanda por entonces.